Bodas

Las Bodas

Una boda o casamiento es una ceremonia religiosa o civil, mediante la cual se celebra el comienzo del matrimonio.

Generalmente una boda es un rito que formaliza la unión entre dos personas ante una autoridad externa que regula y reglamenta el procedimiento, el cuál genera compromisos contractuales u obligaciones legales -según las legislaciones- entre las partes o contrayentes.

La ceremonia se compone de varias partes, que varian dependiendo del rito, las más comunes en el mundo occidental son: la presentación ante la autoridad (sacerdote, juez, alcalde, etc), manifestación expresa de los novios por constituir la relación contractual y el intercambio de anillos.

Sin perjuicio de ello, existen también ceremonias no convencionales para parejas que no desean o que no se encuentran en condiciones de acceder a una ceremonia tradicional (civil o religiosa).

Muchas son las tradiciones que sugieren lo que se debe hacer en cada etapa de una boda, desde su organización, la vestimenta y el festejo hasta el viaje de novios o luna de miel.

Aunque hoy en día en occidente están cambiando muchas de estas costumbres, siguiéndose en muchos casos únicamente algunas de ellas.

Creencias Populares

“Algo viejo, algo nuevo, algo prestado o usado y algo azul”.

En la supersticiosa Edad Media se decía que en la boda era de buena suerte usar:

  • algo viejo, que simbolizara la conexión de la novia con su pasado y representaba la continuidad de su matrimonio (solía ser alguna joya de la familia);
  • algo prestado, que se refería a la creencia de que la felicidad se podía atraer usando algo de una amiga que fuera feliz. Lo prestado simbolizaba la amistad, el obtener la felicidad por préstamo (solía ser una joya o simplemente un pañuelo);
  • algo nuevo, porque producía esperanza por un futuro óptimo;
  • algo azul, ya que ese color representaba la fidelidad de los contrayentes (solía ser la liga en la pierna de la novia; la liga azul de blonda era considerada un símbolo de virginidad.
  • El color del vestido de novia representa una tradición:

    • El blanco es la asociación popular, pero en su origen el color blanco del vestido de la novia era un símbolo de poder económico y de estatus social, ya que el poder obtener un vestido blanco con las características típicas del vestido de novia, es decir, mucha tela, calidad, adornos y demás, valía mucho y por ende no era fácil de conseguir.
    • El amarillo —que es común en muchos países como Estados Unidos e Inglaterra— se identifica con el dios del amor y la abundancia.
    • El rojo cuando la novia no es virgen.

    Realmente puede utilizarse cualquier color excepto el negro (que se utiliza como prenda de luto).

  • Se celebraban en el pueblo y se ofrecía, cuando la economía era buena, un pequeño refresco en casa de los padres de la novia.

Era típico que le cantaran a los novios LOS PAJARCITOS que decían así:

    Cantaban los pajarcitos                                 

a la sombra de un romero

y en su lenguaje decían

vivan los mozos solteros

De la buena parra sale buen racimo

de buena familia lleva su marido

De la buena parra sale el moscatel

de buena familia lleva su mujer

Te casaste, te cagaste trágala que no es maroma

de soltera te reías y ahora de casada lloras

Ay sí, ay no

esta si que es novia y no la que pasó

Esta calle está empedrada con cemento, cal y arena

que la empedró el señor novio el dia la enhorabuena

Por el sí que dió la novia a la puerta de la iglesia

por el sí que dió la novia entra sola y sale presa

Lo que te pido cuñado que trates bien a mi hermana

porque en casa mis padres allí estaba bien cuidada

Al pasar el arroyuelo tenga en cuenta el señor novio

que no se le mojen los lazos que no son hebillas de oro

Ya te casaste … ya te vas con tu marido

no olvidaras a tus padres por lo bien que te han querido

Vivan y revivan

y vivamos todos

vivan y revivan

los señores novios

vivan y revivan

y todos vivamos

vivan y revivan

los acompañados.

OTRA VEZ DE BODA


Estoy un poco fastidiado’. Acabo de recibir una invitación de boda, ya me dirán si no es para estar jodido. ¡Será posible! ¡Es que se te queda la misma cara que cuando te llega una multa! ¡Hale, a soltar pasta!

Porque hay que ver como se desbarra en las bodas. Sobre todo las mujeres, que no solo se disfrazan de paquete de caramelos, algunas hasta se ponen fiambrera en la cabeza, que las ves y dices: “¿Mamá? ¿Eres tú o el soldado Ryan?”.

Lo más raro es ese bolsito diminuto que llevan todas, “¡Anda, una almeja metálica!”. ¿Que llevan ahí, una compresa extraplana? Sin alas, claro, porque asomarían. Si es que es muy fuerte eso de las bodas.

Una de las cosas que mas odio de las bodas son las esperas: ¡te tiras media hora en la puerta de la iglesia con las manos sudando llenas de arroz, que cuando salen los novios, lo que les tiras es arroz a la cubana…! Ahora, que los peores son los niños, que tiran el arroz a la cara, con una mala hostia: “En el ojo, macho”, le he dao’ en el ojo….”. Y el novio, ahí, aguantando.

Odio las bodas. Yo, en la ultima no conocía ni a la que se casaba y cuando fui a darle el beso de rigor, me tuve que presentar:

– Soy Floren, el hijo de la tía Tere, la que no se habla con el abuelo.

– Ah, encantada, gracias por venir.

Si es que da igual, la novia no se entera, va como drogada, le podría haber dicho:

– ¿Me prestas un par de kilitos para la entrada de un piso?

– Ah, encantada, gracias por venir.

O:

– Soy el violador del Ensanche, vengo a enseñarte el pito.

Ella hubiera dicho igualmente:

– Encantada, gracias por venir.

Lo que mas odio de las bodas en el momento del traslado al banquete. Tu madre te coloca a tus tías, pero como tu coche es de dos puertas, las tienes que meter a empujones. El vestido se les sube a las caderas y van todo el camino enseñando la faja. Pero a ellas todo les hace gracia:

– Nene, sube la ventanilla, uuuhh, ji, ji, ji, que me despeino, y sigue, sigue al tio Juan, que se sabe el camino, uuhhh, ji, ji, ji. ¡Ji,ji! ¡Hala, fila de doce coches, tocando la bocina! Y como el primero se pase un semáforo… ¡emergencia, emergencia! Todo Dios sacando el móvil:

– Atención, hemos girado a la izquierda, veis al tío Juan, egggg. Nosotros estamos dando vueltas a la rotonda, eggggg, cogiendo inercia, egggg, me copias, me copias… Pato rojo a pato azul, hemos perdido al tío Juan, tío Juan contesta, cambio, eggggg. Da igual, es un desastre. Cuando llegas, el tío Juan lleva dos horas sentado y encima te dice:

– ¿Dónde os habéis metido, joder?

Lo único que esta bien organizado en las bodas es el reparto de los idiotas: ponen uno en cada mesa. Pero el resto es un descontrol: están entrando la tarta y a tu mesa aun no han llevado el chuletón. Yo siempre me he preguntado porque cortan la carta con un sable, ¿que sentido tiene? Como no sea por tener un arma a mano para cuando entren los de la tuna…

¿Y que me dicen del vídeo? Se acerca el de la cámara y todo el mundo se cree que esta en El Semáforo: el idiota se pone una servilleta en la cabeza, el tío Juan canta la jota de siempre y una de las tías llora:

– Hijos míos, que os queráis mucho y os respetéis siempre… ¡Hombre, por favor! ¿Esto es lo que pasa el día mas feliz de tu vida?

¡Es todo muy fuerte! Porque después llegan las mujeres con peladillas envueltas en un trozo de tul y paquetes de cigarrillos gritando:

– Fúmate uno mujer, que estamos de boda.

Y de pronto te encuentras a tu vieja echando humo por la nariz como si fuera una vaporeta.

A nosotros, en cuanto nos descuidamos, nos colocan un puro. Yo, a la tercera calada, empiezo a ponerme blanco y lo tiro. Pero allí están los vigilantes de puros, tan atentos ellos:

– ¿Ya te has fumado el puro? ¡Dale otro al chaval y una copa de coñac, pa’ que se haga un hombre!

Un hombre, un hombre… ¡hombre, no me jodas!

¡Y el baile! Eso es lo mas fuerte. Lo peor es cuando el tío de la novia la saca a bailar un pasodoble. El tío va to resudao’ con la camisa pegada al cuerpo, le planta la manaza en la espalda, le sube el vestido medio metro y canturrea mordiendo el puro:

– La ‘ente ‘anta con ardor que ‘iva España, nana na nana nana na, y España es la mejor, tara ran tan taran tara ro.

Lo que menos entiendo es por que los novios pasan de mesa en mesa preguntando:

– ¿Que tal? ¿Habéis comido bien?

A ti te dan ganas de decirles:

– Pues no, la comida era una mierda, y no he dejado de soltar pasta entre la corbata, la liga y la tuna… ¡Y encima me habéis puesto al lado del bafle!

Pero no, les dices que todo ha estado perfecto. Y así, con una mentira, los novios comienzan su vida de casados. Claro que no será la única… En fin, ¡que vivan los novios, pero a mi que no me inviten a mas bodas!.

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