La confirmación es uno de los sacramentos que administra el catolicismo.
Está considerado entre los sacramentos de iniciación cristiana siendo recibido en segundo lugar (tras el bautismo) o en cuarto (tras la Penitencia y la Eucaristía) en la Iglesia cristiana, sacramento por el que las personas bautizadas se integran de forma plena como miembros de la comunidad.
La confirmación se efectúa mediante la imposición de manos y, en la Iglesia católica, la unción con óleos sagrados. En la Iglesia católica la ceremonia se realiza por un obispo o, en su caso, un sacerdote autorizado.